Pero la verdad que nunca me puse un sorete en la cabeza, sólo tuve por mucho tiempo uno al lado (chupate esa mandarina, Narizota).
Ahora miro para atrás y veo cuántas personalidades descubrieron que imitándome y teniendo el pelo azul podían tener mi fama, mi fortuna y mi prestigio.
Mal no les fue...
Pero otros, mediocres de pelo color pelo, los rubiectos amanerados y carroñeros de siempre van a tener que seguir remándola si quieren llegar a donde yo llegué.
1 comentario:
si, caru, para ser genio hay que tener el pelo azul
yo te sigo a todas partes!!!!!!
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